La importancia de la lectura en los niños

La lectura abre la puerta de la imaginación, la fantasía y la creatividad. Eso es claro. Pero los padres muchas veces nos preguntamos qué hacer para motivar a los niños e incertarlos en el maravilloso mundo que nos regalan los libros.

Si bien muchos descansan en la idea de que en la escuela se aborda el tema de la lectura y la comprensión, leer traspasa el ámbito educativo para convertirse en un hábito que debe inculcarse desde casa.

Es fundamental el compromiso de la familia en este aspecto porque un niño que lee expondrá sus beneficios a la hora de estudiar y adquirir conocimientos.

Un niño que lee, será un adulto que piensa; con capacidad para decidir y discernir.

¿Cómo empezamos a despertar el interés de los niños por la lectura?

  • Lo primero que debemos tener en cuenta es que los adultos debemos mostrarnos como lectores activos. Que los niños nos vean leer, que les leamos un párrafo que nos haya impactado, que aprendan a usar el señalador hacen al quehacer del buen lector.
  • Luego, la idea es comenzar a armar en casa una biblioteca que esté a su alcance y posea textos de interés para ellos. Elegir editoriales y autores de calidad y prestigio siempre garantizan buenos resultados.
  • Los libros álbum son muy enriquecedores en edades muy tempranas ya que poseen poco texto pero imágenes que hablan por sí solas. Un autor que yo recomiendo siempre es Anthony Browne. Para mi, en lo personal, cualquier libro de este autor amerita ser parte de la biblioteca del hogar.

Tanto las imágenes como el texto ayudarán al niño a:

– Conocer el mundo que le rodea.

– Conocerse a sí mismo.

– Dominar el entorno real. Los textos le adelantarán, además, futuras experiencias.

  • Elegir el momento del día, el lugar donde se va a a leer es fundamental ya que el niño debe poder vincular el momento de lectura con sensaciones que le transmitan paz, calidez y bienestar.
  • Compartir la lectura es muy importante ya que enriquece la relación entre el niño y el adulto. No olvidemos que el padre y la madre son los encargados de maravillar a su hijo con el libro y de descubrirle el mundo sorprendente que guarda. Además, estos momentos están envueltos de afectividad.
  • A la hora de contarles un cuento es importante armar el clima. Por ejemplo, si se trata de una historia de terror, podemos poner todo oscuro, contar con linternas y armar refugios entre dos sillas cubiertas por una sábana.
  • Alternar y variar la voz también es otro dato importante para captar el interés de los niños. Si leemos todo en un mismo tono, la lectura se torna monótona y el niño va a distraerse perdiendo así el hilo de lo que se está contando.
  • Sugerirles títulos, recomendárselos y hacerles una breve reseña de la trama también es una opción para despertarles el interés hacia la lectura.
  • Visitar bibliotecas o librerías donde poder hojear libros e intercambiar opiniones, enseñarles a anticipar el tema por el título o la imagen, mostrarles la información que posee la contratapa nos permite formarlos como lectores competentes.
  • Incentivarlos con la escritura de su «propio libro » o su «propio cuento» también tiene que ver con el bagaje de lectura, de películas vistas, de su misma fantasía e imaginación. Allí podrá poner en juego toda su creatividad y el vocabulario adquirido.
Se lee por placer, para aprender, para transportarse a otros mundos y escenarios posibles, para conocer otros puntos de vista, para relajarse y para informarse.

Muchos padres señalan preocupados que su hijo no demuestra interés hacia la lectura y es que en realidad a muchas personas no les gusta leer. Leer es una actividad contemplativa que necesita concentración, silencio, aislamiento, inmovilidad, exclusividad. Pero, a pesar de las excepciones, la afición a la lectura depende también de cómo se haya abordado la cuestión cuando los niños ya leen.

Porque leer no es decodificar sino que es apropiarse del texto, comprenderlo y poder vincularlo con otras lecturas previas.

Para llegar a ser un buen lector se necesita constancia y profundidad y eso lo hacemos desde pequeños. Dijo Margaret Spellings, exsecretaria de Educación de EEUU y promotora de la Ley Que Ningún Niño Se Quede Atrás: “La lectura es más que un pasatiempo. En el mundo actual, es una capacidad de supervivencia.”

 

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