Enseñar a escribir supone comprender que el niño debe enfrentarse a distintas etapas que deberá ir superándolas con el apoyo de sus adultos, para avanzar a la siguiente hasta llegar a la convencionalidad.
El proceso se inicia con la diferenciación entre escritura y dibujo; los niños comienzan a usar marcas que intentan representar el «nombre» de lo que dibujan: «Ahí está mamá y acá dice «mamá»».
Etapas de aprendizaje de la escritura
Las primeras escrituras se realizan con grafías muy primitivas, con trazo continuo o discontinuo. En la siguiente propuesta, por ejemplo, Ana escribe una lista de frutas:
Para avanzar a la etapa siguiente, te propongo crear fuentes de información segura para que el niño pueda consultar. Con esto me refiero al armado de carteles en letra mayúscula de imprenta: su propio nombre, el de su familia, amigos, títulos de cuentos que van leyendo, nombre de personajes que admira.
En un momento posterior, hay una búsqueda de diferenciar las palabras que se escriben. Esto se logra a partir de variar la cantidad de letras entre una y otra escritura. Te propongo mirar la producción de Julián que escribe la misma lista de frutas pero busca diferenciar las palabras. Para ello, usa el repertorio de letras conocidas, las de su nombre y las alterna.
Al principio, los niños usan las letras de manera independiente de su valor sonoro. A esta etapa de la denomina presilábica.
En el momento siguiente se constituye en el período de fonetización. Aquí comienzan a establecer correspondencias entre los segmentos orales y la escritura. En un primer momento, esta correspondencia es silábica, esto es, cuando le adjudican una letra a cada sílaba de la palabra. Mira los ejemplos:
Los niños pueden comenzar graficando cualquier letra y luego avanzar hasta usar las correspondientes. Generalmente, las vocales son las primeras en estabilizar; poco a poco, van incluyendo consonantes.
Cuando los niños escriben algunas de las sílabas de la palabra adjudicando una letra para cada fonema y mantienen una letra para las otras sílabas, avanzan hacia la etapa silábico-alfabética; por ejemplo, cuando escriben PRA para PERA. En este momento, los niños no se «comen letras» sino que están develando que consideran más letras.
Si se promueve y alienta la producción escrita, van logrando una correspondencia gráfica y fonética en todas las sílabas que constituyen la palabra, además del uso convencional de las letras.
En relación con escrituras más extensas
Cuando los niños se concentran en producir un texto más extenso hay ciertos aspectos en los que se va a centrar mientras que otros, los va a descuidar.
Puede parecer que vuelve a una etapa de escritura anterior, pero en verdad, el niño está más preocupado en lo que desea transmitir que en las letras que va a poner, cuántas y en qué orden.
¿Cómo empezar a trabajar con un niño para enseñarles a leer y escribir?
- Comienza escribiendo en un cartel su nombre. Al principio va a copiarlo pero, poco a poco, va a apropiarse de él. Recorta las letras de su nombre y haz que las ordene para rearmarlo.
- Elabora carteles de igual tamaño y color con otros nombres significativos para él. Esto es para que empiece a tener un repertorio más amplio de letras y comience a animarse a escribir otras palabras.
- Piensen y escriban otras palabras que comiencen, por ejemplo, como alguno de esos nombres.
- También puedes seleccionar tres nombres y leerlos desordenadamente; pregúntale dónde piensa que dice (uno de los nombres) y por qué (que justifique).
- Comienza presentándole las vocales. Pueden armar un juego en familia. La propuesta consiste en que se unan los dibujos con la vocal correspondiente a la inicial de su nombre.
- Que los carteles persistan por un tiempo en un lugar visible para el niño y a su alcance y disposición para que los consulten cuando consideren necesario.
- Lean cuentos (yo recomiendo los libros álbumes) y anoten los nombres de los personajes.
- Escriban listas que tengan un propósito concreto como el armado de la lista para ir al supermercado.
Espero que puedas ver que enseñar a leer y escribir es un proceso que requiere de trabajo por parte de los niños y de la intervención precisa y oportuna de los adultos que los acompañan.
Fuente: Prácticas del Lenguaje/Material para docentes/ EP Primer Ciclo