Técnicas y estrategias para ayudar a los niños a gestionar la frustración

La frustración es una respuesta emocional desagradable y surge cuando no podemos conseguir algo que queríamos o que teníamos mucha energía puesta en ello.

Es una mezcla de decepción, impotencia y desilusión ante la imposibilidad de alcanzar nuestro objetivo.

Puede generar sentimientos de enojo, tristeza e irritabilidad y tiende a ser acumulativa: causa estrés y desequilibrio emocional.

A todos nos sucede, es decir que todos, en algún momento experimentamos la frustración.

En el caso de los niños, hay que sostenerlos y ayudarlos a enfrentar esta emoción que no es para nada agradable.

10 técnicas y estrategias para poder redirigir la frustración en los niños:

1. Identificar y reconocer la frustración:

Es importante que los niños aprendan a identificar y reconocer todas sus emociones, principalmente aquellas que no son cómodas como el enojo, la tristeza y, en este caso, la frustración.

En caso de niños pequeños, podemos proponerles que dibujen aquello que los hace sentir de ese modo. Los niños más grandes, pueden hablarlo o escribirlo. Para ello, es fundamental que cuenten con un diario donde registrar sus vivcencias, sensaciones y emociones que van viviendo.

2. Respiración profunda:

Una de las técnicas que más se están empleando para gestionar la ira, inclusive la frustración, es la enseñanza de hacer respiraciones profundas ya que ayudan a volver a la calma. Pueden contar hasta tres mientras inhalan y exhalan lentamente.

3. Hablar sobre ello:

Sentarse a hablar con los niños, preguntarles sobre aquello que los pone de mal humor o los enoja y entristrece puede ser una gran ayuda ya que les provocará alivio.

Es importante que como adultos dediquemos tiempo de calidad y podamos observar sus conductas y reacciones ante diversas situaciones y así actuar en consecuencia.

4. Buscar soluciones:

Ayuda a los niños a encontrar distintas soluciones para el problema que está causando la frustración. Anímales a pensar en diferentes formas de abordar la situación y a considerar las consecuencias de cada opción.

5. Practicar la empatía:

A los niños hay que enseñarles a ponerse en el lugar de otros. Esto puede ayudarlos a comprender mejor las situaciones y a reducir la frustración cuando interactúan con otras personas.

 

6. Actividad física:

Siempre la actividad física es de gran ayuda, principalmente para liberar energía acumulada y reducir la frustración.

Podrían salir a dar un paseo, montar en bicicleta, o hacer algún deporte que les guste puede ser beneficioso.

7. Arte y creatividad:

Invita a los pequeños a canalizar la frustración a través del arte. Pueden dibujar, colorear imágenes o mandalas, modelar plastilina, entre otras propuestas. Incluso, se les puede poner música tranquila para ayudar a reducir esa sensación de frustración.

8. Tiempo de descanso:

A veces contar con un breve tiempo de relajación o descanso suele ser muy bueno para ayudar a manejar la frustración. Puedes tener un lugar dedicado a estos momentos y contar con cuentos mindfulness, botellas sensoriales, squishys, etc.

9. Técnicas mindfulness

Enseña a los niños técnicas de atención plena para que puedan aprender a manejar y gestionar la frustración. Esto incluye trabajar la atención plena a través de la respiración y la consciencia de sus pensamientos y emociones.

10. Modelar el comportamiento positivo:

Los adultos siempre somos ejemplos a seguir de nuestros niños. Si les mostramos cómo gestionamos la frustración o cualquier otra emoción incómoda, los niños aprenderán a modelar su comportamiento tomando como referencia a los adultos de su alrededor.

Recuerda que la enseñanza de estas habilidades lleva tiempo y paciencia. Es importante brindar a los niños apoyo mientras practican estas técnicas y aprenden a redirigir la frustración.

También es importante que adaptes estas propuestas a la edad de cada niño y a sus necesidades individuales.