El aula heterogénea es un espacio en el que todos los alumnos que la integran pueden progresar y obtener resultados a la medida de su potencial real, tanto a nivel cognitivo como personal y social.
La heterogeneidad, dentro de un aula escolar, no debe ser vista como una complicación para el docente sino como una posibilidad de crecimiento personal como profesional y de los alumnos en general.
Si partimos de la idea de que todos los niños son diferentes en cuanto a ritmo de aprendizaje, ¿por qué le enseñamos a todos lo mismo, de la misma manera y al mismo tiempo?
Hay que respetar la diferencia de aprendizaje asegurando la igualdad educativa.
Estas son 4 características propias de un aula heterogénea:
1. Se debe reconocer las distintas diversidades que atraviesan el aula para poder pensar y diseñar propuestas de enseñanza.
2. Es necesario un cambio de perspectiva para además ofrecer diversidades a nuestros alumnos pensando en distintos puntos de entrada, propuestas alternativas de enseñanza, utilización de diferentes recursos y estrategias.
3. Hay que determinar cuáles son los contenidos básicos que necesitamos que todos nuestros alumnos aprendan. A esos contenidos básicos se les va a dedicar más tiempo y profundidad.
4. Se ofrece a los estudiantes consignas auténticas y significativas para que ellos puedan elegir y tomar decisiones. De esta manera se invitará a los alumnos a apropiarse de sus propios procesos de aprendizaje y a desarrollar su autonomía.
Enseñar en aulas heterogéneas implica diseñar distintos modos de organizar los tiempos, los espacios, los agrupamientos de los alumnos y el uso de los recursos. Hay que tomar estas decisiones en función de la situación, de los objetivos y de los contenidos a enseñar.
Actividades para trabajar en un aula heterogénea
6- Contar con secuencias lógico-temporales para que narren lo que sucede en ellas. Es una muy buena opción para que los chicos se lancen a escribir.
7- Armar una ludoteca didáctica. Esto es con juegos que tengan fines educativos como ser, por ejemplo, jugar al quién es quién. Allí se trabaja la oralidad, la descripción empleando adjetivos y caudal léxico.
Otros juegos a considerar podrían ser:
- el juego de la memoria o memotest
- taboo infantil
- juegos de conteo: sumas y restas
- letras móviles para armar palabras
- tarjetas con propuestas para trabajar en la libreta: adivinanzas o para trabajar emociones, por ejemplo.
Los alumnos se convierten en el centro del proceso educativo cuando reconocemos quiénes son, cómo aprenden, cuáles son sus intereses, sus debilidades y fortalezas como aprendices, sus entornos culturales y sociales. Solo entonces, desde la enseñanza podremos ofrecer las mejores opciones para que todos se involucren activamente y encuentren sentido a lo que aprenden.