Mucho se ha hablado acerca de ejercitar la motricidad fina en los niños pequeños y ya en otro artículo hemos dado cuenta de algunas propuestas. Pero ¿Qué la motricidad gruesa?
La motricidad gruesa forma parte de la psicomotricidad infantil, que se refiere al desarrollo de habilidades motoras que implican varios movimientos de los músculos del cuerpo y la agilidad con la que se realizan los mismos. Estos movimientos considerados globales y amplios del cuerpo se catalogan como motricidad gruesa y están directamente relacionados con la capacidad de mantener el equilibrio y realizar cambios de posición del cuerpo con destreza.
Este tipo de motricidad comienza a desarrollarse desde el momento en que se nace y empieza la relación con el mundo. Durante los primeros tres años de vida, los niños realizan grandes destrezas motoras que se relacionan directamente con la motricidad gruesa, como por ejemplo, sentarse, pararse, caminar. Con los años estas habilidades se van perfeccionando y les permiten realizar actividades más complejas como jugar a embocar con puntería, subir y andar en bicicleta o realizar algún tipo de deporte.
¿Qué es la motricidad gruesa?
La motricidad gruesa son todas aquellas acciones que podemos realizar gracias a nuestra capacidad de coordinar el sistema nervioso central y su función sobre la contracción muscular de nuestro cuerpo. Estas habilidades son perfeccionables y se pueden mejorar con práctica o mediante la experiencia. Incluye el movimiento de brazos, piernas y tronco.
Las habilidades que se desarrollan a partir de la motricidad gruesa permiten realizar movimientos amplios de manera coordinada y controlada y la ejecución de capacidades condicionales como la fuerza, la resistencia, la velocidad y la flexibilidad que demuestran la destreza en la discriminación de movimientos que tiene cada persona.
¿Para qué sirve?
Las habilidades motoras de la motricidad gruesa las utilizamos diariamente para realizar nuestras actividades cotidianas. Con el tiempo, se vuelven automáticas ya que el cuerpo está entrenado para llevarlas a cabo sin esfuerzos.
Un niño que ha desarrollado bien su motricidad gruesa tendrá menos problemas para aprender a escribir, para practicar deportes y tendrá más estabilidad y equilibrio, algo fundamental para mantener movimientos coordinados. Será un niño seguro de sí mismo, más competitivo físicamente y reaccionará de manera más rápida que otros, por lo que ejercitarla desde el primer ciclo de infantil, es fundamental para perfeccionarla.
Muy bueno las actividades motrices. Gracias, felicidades por sus propuestas.
Hola María del Carmen!
Muchas gracias!! Te mando un beso grande!